Imaginar los sitios posibles

Imaginar los sitios posibles donde estabas…

…en un rincón del año…

    Supongo que también te dejarán a ti
    este mismo vacío,
    esta impaciencia por estar sin nadie
    mientras se nos olvida
    todo el calor que duele de olvidado.

    El naufragio es un don afín al hombre.

    Después de que sucede
    suelen tener las huellas
    esa incomodidad que tienen las mentiras,
    el recuerdo es un dogma,
    la soledad el pecho que tú me acariciaste.

    Pero cambiando de conversación
    el tiempo -buen amigo
    que deforma el pasado como el amor a un cuerpo-
    hará que cada día no parezca un disparo,
    que volvamos a vernos una tarde cualquiera,
    en un rincón del año y sin sentir
    demasiada impotencia.

    Será seguramente
    como volver a estar,
    como vivir de nuevo en una edad difícil
    o emborracharnos juntos
    para pasar a solas la resaca.

    Igual que quemaduras debajo de los dedos,
    en un segundo plano
    seguiremos presentes y esperando
    ese momento exacto del náufrago en la orilla,
    cuando al salir del mar
    me escribas en la arena:
    «Sé que el amor existe,
    pero no sé dónde lo aprendí».

    (Luís García Montero)

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