
Ahora que me voy a Nueva York, podría decirte que quizás nunca sea tarde para vivir la vida que realmente quieres vivir. Podría ser la verdad o sólo otro puñado de mentiras.
No puede ser que no sea nada, no me lo creo. Te conté mi infancia y mis secretos, me hablaste de tu madre, ¿cómo es posible que puedas tener sexo y no me dejes abrazarte?
He perdido a mi mujer por ti, el empleo, la simulación que me ha costado crear sesenta años.
No puede ser que no sea nada, no me lo creo. Te he lavado la ropa y te la he planchado, he escuchado tus bobadas, he aguantado tu frialdad, ¿qué vas a hacer sin mí?
Contra la violencia no basta el dinero, contra los recuerdos no es suficiente un ataque al corazón, contra el vacío no sirve disimular que no miras el móvil a cada cinco minutos.
No puede ser que no sea nada. ¿No vas a hacer nada para que funcione? No funcionó desde el principio, nunca ha funcionado. Pero mi vida ha cambiado hacia nadie sabe quién.
No puede ser que no sea nada, Mr. Williams, otra historia más de homosexuales, otro capítulo de la amargura, otro episodio de la casualidad, otro espectáculo del rencor y del deterioro. No puede ser que no sea nada.
Cuando se pone todo, no puede ser que no sea nada para quien lo pone. Muchas gracias por todo, Mr. Williams, Jack, Profesor chiflado, Patch, Peter Pan, Señora Doubtfire, Cadillac Man, Hombre bicentenario, Garp, El hombre más enfadado de Brooklyn.
Nos vemos Más allá de los sueños, en algún Despertares, dando los buenos días a Vietnam, en una Jaula de grillos, recitando en el Club de los Poetas Muertos o enredados en la Memoria de los muertos.
Ha sido mucho.
Mucho más allá
¿ Y si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?
¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?
¿A qué , a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de la vida .Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados , este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
«¿es que yo soy? ¿ verdad que sí ?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?».Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.Pues esto es lo que hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza.(Alejandra Pizarnik)