En abril también llueve

Cuando las curvas se mojan
los papeles se arrugan como flores ajadas
y la tinta se corrompe en los arcenes.

En abril también llueve, a mares,
sobre el círculo de los naufragios
y los barcos de la memoria aguantan en vano
un corazón escorado sobre cuerpos verticales.

Sé de los surcos con olor a fecha quemada
que los frenazos de los coches van dejando
en los aparcamientos donde se aman,
frenazos como ladridos o como dentelladas,
como rumores de un sueño legionario
que defiende teléfonos y ventanas.

La foto antigua del espejo recién afeitado
me resalta la tersura con que están marcando mi rostro
los tiempos que nunca llegan
y las cosas que todavía no han sucedido.

Por la condena del ruido rabioso
con que la campana extractora me juzga,
ya no oigo si en abril también llueve
o es que alguien llora, de una en una,
lágrimas como pétalos de la margarita
que plantamos juntos en septiembre.

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