
Esa fue la primera vez que rieron juntos, quizás ahí empezó todo. Pero ¿cómo matar a un hombre que siempre está en el cine? ¿cómo amar a una mujer cuando es tan feliz que no puede soportarlo?
Esta es la historia de un silencio larguísimo, brevemente apenas interrumpido por algún que otro monosílabo susurrado. Es como trabajar de noche en el mercado en algo que te permita no pensar.
El argumento ya está visto, porque amar y matar son las dos alas de un mismo pájaro que vuela sin hacer ruido, porque ella siempre necesitaba más pero es que él no supo entenderla. ¿Acaso no te suena el estribillo de esta canción? En eso estoy contigo, entre el silencio y la distancia.
Cómo puedes saber lo que busco si nadie cambia, si tengo cara de entender de vinos. Puede suceder que quien te muere te ama y quien te ame te muera. Supongo que los discursos no te hacen gracia; y las preguntas tampoco. Parece ser tarde desde el principio.
El silencio no consiste en distancia, no estoy de acuerdo contigo, aunque no es tanta la diferencia. Ausencia de palabras hay también cuando se entrecruzan las manos y las bocas entre sí o sobre un sexo desprevenido. Ausencia de palabras cuando dormimos abrazados, cuando tu cabeza se va dejando pesar lentamente sobre mi pecho. Silencio cuando aparecen los otros desde el teléfono o el último programa pospone una discusión ante los anuncios.
Por eso no lo creo; es más bien que la distancia se camufla en un silencio disperso, siempre incómodo pero asumido, desvaído entre el clima y sus goteras, el eco de las enfermedades y la desclasificación de los camareros.
Pero el silencio no es distancia, porque hay cosas que se dicen sin mover los labios, porque si es verdad que da muchos problemas ser sincero, tantos también como no serlo y tantos como creer que no lo es el otro.
La vida puede ser un metro que no nos lleva a ninguna parte, excepto quizás hacia un momento en donde la vida deja de parecer ficticia. ¿Si le hubieras dicho que la querías, habría sido todo distinto? Me parece que siempre fue tarde desde el principio. Acaso tu silencio me pedía que te diera algo más que mi silenciosa compañía.
El silencio no es distancia, la distancia es el frío. ¡Qué noche tan espléndida, tan negra, tan magnética, para decirlo! Hay alguien aquí que tiembla.
Caminos del espejo
XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola.Hay alguien aquí que tiembla.
(Alejandra Pizarnik)