Contigo hasta el final

Porque todo acaba
-incluso
los sueños de morfeo-,
contigo hasta el final.

Descalza
en mitad de la noche exacta,
pequeña
sobre el escenario redondo del mundo,
exenta de tacones,
envuelta en humo,
un vestido simple que te resbala,
el pelo que cae liso
libre por la espalda,
una voz, música de viento,
y dices
lo quieres decir, por fin,
tormenta
que amenazó tu corazón
y luego dudas,
y cantas
como quien se arrepiente.

Porque todo acaba,
contigo hasta el final,
vámonos,
gritemos que triunfó el amor,
aunque seamos los penúltimos
y sólo lágrimas
-tan distintas, tan parecidas-
ganen el festival.

A LA MISTERIOSA
Tanto he soñado contigo que pierdes tu realidad.

¿Habrá tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo
y besar sobre esa boca
el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto he soñado contigo,
que mis brazos habituados a cruzarse
sobre mi pecho, abrazan tu sombra,
y tal vez ya no sepan adaptarse
al contorno de tu cuerpo.

Tanto he soñado contigo,
que seguramente ya no podré despertar.

Duermo de pie,
con mi pobre cuerpo ofrecido
a todas las apariencias
de la vida y del amor, y tú, eres la única
que cuenta ahora para mí.

Más difícil me resultará tocar tu frente
y tus labios, que los primeros labios
y la primera frente que encuentre.

Y frente a la existencia real
de aquello que me obsesiona
desde hace días y años
seguramente me transformaré en sombra.

Tanto he soñado contigo,
tanto he hablado y caminado, que me tendí al lado
de tu sombra y de tu fantasma,
y por lo tanto,
ya no me queda sino ser fantasma
entre los fantasmas y cien veces más sombra
que la sombra que siempre pasea alegremente
por el cuadrante solar de tu vida.

Robert Desnos, versión de Francisco de la Huerta, 1926)

Drexler tiene razón

Algunas copas están rellenas con tus senos, en otras gira suavemente el vino. En otras imagino helado de fresa y chocolate, en algunas más, cualquier líquido que pueda reflejar un cielo estrellado a la luz de las velas. Conozco otras copas en las que escuchar el viento ululando cuando me abraces.

Pero Drexler tiene razón, para llenar una copa, primero hay que dejarla vacía, quitarle el aire que contiene por defecto y cambiarlo por el líquido en cuestión. El pasado no se va solo, hay que irlo llenando de presente.

Agitas el mundo sin romperlo, enciendes espirales en mis sueños, salta la espuma a mi alrededor. Drexler tiene razón cuando te llama remolino, cuando dice que sentirte latir ya es un gran suceso. Porque la fuerza de la ternura puede abrir cualquier armadura, porque la vida consiste en irse pasando de la raya, Drexler tiene razón cuando dice que en el mar abierto cualquier dirección es posible.

Yo ya no digo nada si no te lo digo a vos, dice Drexler en una hermosa balada, y yo digo que tiene razón. Como tiene razón cuando dice que no me siento cualquiera cuando me tocan tus manos.

Drexler tiene razón, una bonita voz y canciones muy hermosas. Espero que me perdone que me haya perdido en ti mientras él te cantaba.

COMÚNMENTE ES ASÍ
El amor le es dado a cualquiera
pero…

entre el empleo,
el dinero y demás,
día tras día,
endurece el subsuelo del corazón.

Sobre el corazón llevamos el cuerpo,
sobre el cuerpo la camisa,
pero esto es poco.

Sólo el idiota,
se pone los puños,
y el pecho lo cubre de almidón.

De viejos se arrepienten.

La mujer se maquilla.

El hombre hace ejercicios con sistema Müller,
pero ya es tarde.

La piel multiplica sus arrugas.

El amor florece,
florece,
y después se deshoja.

(Vladimir Maiacovski, Amo, 1922) (versión de Lila Guerrero)

ESTO ES MI CUERPO…
Esto es mi cuerpo. Aquí
coinciden el lenguaje y el amor.

La suma de las líneas
que he escrito ha dibujado
no mi rostro, sino algo más humilde:
mi cuerpo. Esto que tocas es mi cuerpo.

Otro lo dijo
mejor. Esto que tocas
no es un libro, es un hombre.

Yo añado que esto que te toca ahora
es un hombre.

Soy yo, porque no hay
ni una sola sílaba que esté libre de amor,
no hay ni una sola sílaba
que no sea un centímetro
cuadrado de mi piel.

En el poema soy acariciable
no menos que en la noche, cuando tiendo
mi sueño paralelo al sueño que amo.

No mosaico, ni número, ni suma.

No sólo eso.

Esto es una entrega. Soy pequeño
y grande entre tus manos.

Ésta es mi salvación. Éste soy yo.

Este rumor del mundo es el amor.

(Juan Antonio González Iglesias)