Palabras de otro (VI)

Playa
Al borde de estar mojado,
en el límite de la tierra adentro,
donde el horizonte raya el agua
como un sueño lejano que se interpone
entre el mar y el cielo,
pisábamos el contorno de la sombra
que distingue la luz con otro brillo.

En la linde que separa la vigilia del sueño,
jugando sobre el borde que delimita
un cuerpo tendido y abierto a la blandura del espacio,
una piel divisoria que se dilata hasta el margen
de otro cuerpo vertical y rígido de normas,
hablábamos sobre la orilla de una memoria
que distingue el presente con otra luz.

Estábamos en ese confín en donde se encuentran
el principio de una desnudez agradecida
con el final de las vestiduras rotas,
en esa misma duda que separa tu mano diurna
de la nocturna constelación de mis lunares,
donde la sal se acumula en contra
de todo sol que nos vuelve desierta
la sed de la vista y el hambre del deseo.

Estuvimos allí, sin sospecharlo,
donde un puñado de arena que se escapa de las manos
se enfrenta con la metáfora
de un reloj negro que se detiene,
en donde un aceite hierve de frontera
y, poco a poco,
desaparece en las mismas pieles que separa,
entre la toalla y el suelo,
entre una multitud de barbarie libérrima
y la solitaria extensión esclava de uno mismo.

Allí estuvimos, sin saberlo,
en ese punto en el que confluyen
todos los límites, al borde de todo y nada,
en el contorno de una vida
que nos rehuye y se nos escapa,
en el punto difuso donde el mundo
concurre al mismo tiempo que escurrimos,
cuando se pueden tomar todas las direcciones
que no van a conducirnos a ninguna parte.

Y aunque no regresamos intactos
porque es un tiempo que se nos tatúa,
te miro el cuerpo, me miro los sueños
y no nos descubro quemaduras.

Tal vez sobrevivamos a todas las playas
que aún nos quedan que pisar.

(Junio-2012)

ESTA IMAGEN DE TI
Estabas a mi lado
y más próxima a mí que mis sentidos.

Hablabas desde dentro del amor,
armada de su luz.

Nunca palabras
de amor más puras respirara.

Estaba tu cabeza suavemente
inclinada hacia mí.

Tu largo pelo
y tu alegre cintura.

Hablabas desde el centro del amor,
armada de su luz,
en una tarde gris de cualquier día.

Memoria de tu voz y de tu cuerpo
mi juventud y mis palabras sean
y esta imagen de ti me sobreviva.

(José Ángel Valente)

2 comentarios en “Palabras de otro (VI)

  1. El mundo es como aparece ante mis cinco sentidos, y ante los tuyos que son las orillas de los míos. El mundo de los demás no es el nuestro: no es el mismo.El mundo de los demás. Serrat.

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